sábado, 21 de noviembre de 2009

tema 1

TEMA 1.
La definición de pobreza dificulta abordar el tema debido a las líneas de pensamientos y disciplinas que existen sobre el concepto. Podemos ver el concepto de pobreza en relación con términos exclusivamente económicos, supone la situación de personas o grupos con carencia de recursos materiales y económicos, se estudia a partir de la distribución de la renta entre los individuos de una sociedad. El “umbral de la pobreza” forma el límite de ingresos por debajo del cual la persona no puede satisfacer sus necesidades básicas.

Precariedad económica ----> 50% y 35 % de renta mínima.
Pobreza moderada ----------> 35% y 25% de renta mínima.
Pobreza grave ---------------> 25% y 15% de renta mínima.
Pobreza extrema ------------> no supera el 15% de renta mínima.

Cuando hablamos de necesidades básicas ¿a qué nos referimos?, nos podemos encontrar con dos posturas. La primera con una perspectiva de supervivencia (carencias materiales) y la segunda si tenemos en cuenta el desarrollo individual y la integración social por lo que el término de pobreza quedaría incompleto. El Consejo de las Comunidades Europeas, en 1984, lo define como “la situación de personas, familias y grupos cuyos recursos económicos, sociales y culturales son tan limitados que les excluye del modo de vida que se considera aceptable en la sociedad en la que viven”.
Por otro lado, y siguiendo la misma línea, bajo el concepto de pobreza podemos entenderla con respecto a dos calificativos, pobreza absoluta y pobreza relativa que coincidiría con lo que estamos hablando anteriormente, es decir, la pobreza absoluta se refiere a la carencia de recursos para satisfacer las necesidades básicas (nutrición, educación, salud o vivienda) que influyen en la calidad de vida de las personas. Pobreza relativa, en relación al termino de pobreza definido por el Consejo de las Comunidades Europeas.
Exclusión social, es un término relacionado con la pobreza, sin embargo, no solo se centra en elementos puramente económicos sino también abarca la participación en la sociedad. Surge en los años sesenta, en Francia.
Es un concepto multidimencional que hace referencia a un proceso de pérdida de integración o participación del individuo en la sociedad en uno o varios ámbitos, los cuales son: económico (en la producción o en el consumo); político–legal (participación política, sistema administrativo, protección social...) y social-relacional (ausencia de redes o problemáticas dentro de las redes sociales o familiares).

La posición de exclusión o inclusión social de un individuo se define, por tanto, en términos relativos a la situación del individuo con respecto a la población considerada mayoritaria, valorando dicha postura de la persona con respecto a la posibilidad de ejercer los derechos sociales de la mayoría.
La inclusión social describe la capacidad del individuo y de los grupos para mejorar su desarrollo personal y su participación social. Las políticas y programas de inclusión social tienen de objetivos reforzar dichas capacidades, incrementar la autonomía de las personas, mejorar sus lazos familiares, su nivel educativo y la activación de redes personales y comunitarios que le permitan convivir de forma constructiva en su entorno.
Los ejes principales que garantiza una buena inclusión social son: la familia y capital social; la participación en el mercado y el reconocimiento y participación pública.
Para la explicación de la pobreza y la exclusión social se ha dado, a lo largo de la historia, dos líneas ideológicas. Línea individualista, formado por los defensores de las circunstancias personales como causantes de la misma y la línea estructuralista, que tiene en cuenta el entorno su aparición y sus consecuencias. Ambas lineas de pensamiento tiene su antecedente en la política de pobre en España del S. XVI.
Para las tesis individualistas el Estado no tiene que intervenir, pues la responsabilidad de la situación de pobreza es de la propia persona, es decir, es la persona quien ha generado la pobreza. Al contrario, las tesis estructuralistas, favorece los programas de intervención que aseguren unos mínimos de subsistencia e inserción a los ciudadanos que no pueden lograrlos por sí mismos.
Las teorías de intervención social y las recomendaciones europeas insisten cada vez más en reforzar las políticas de debilitamiento de factores de exclusión más que en tratar sus consecuencias.
Resulta difícil establecer perfiles de pobreza y exclusión por la complejidad y dinamismo del fenómeno, pero se pueden anotar algunos patrones de exclusión basados en carencias y dificultades de integración en los ejes principales: económicos-laboral y socio-familiar. Así algunos de los grupos sociales con mayor riesgo de padecer situaciones de exclusión o pobreza son: mujeres con cargas familiares no compartidas (formando parte de la feminización de la pobreza); jóvenes en situación de fracaso o abandono escolar; comunidad gitana; adultos desempleados de larga duración y personas sin hogar.

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